No lo negamos: formarse musicalmente es un proceso que implica esfuerzo, disciplina y perseverancia. Sin embargo, no hay nada más gratificante que ver cómo nuestros alumnos recogen los frutos de todas las horas dedicadas a aprender. No cabe duda que la satisfacción personal siempre ha de ser la motivación principal por la que empezar vuestro camino en esta rama del arte, pero hay algunos beneficios de estudiar música que nos ayudan a responder la pregunta “¿por qué estudiar música?”. ¿Queréis conocer algunos? ¡Seguid leyendo!
Mejora las capacidades de procesamiento neuronal
Según un estudio de la Universidad de Northwestern, el modelo de enseñanza musical ayuda a que los niños participen activamente en las clases, fomentando su creatividad, autonomía y apertura de pensamiento. Como consecuencia, se observó que, tras dos años de educación musical los estudiantes de centros educativos que incluyen la música en su plan de estudios, éstos tenían respuestas cerebrales más sofisticadas y un lenguaje más desarrollado que otros alumnos que no habían recibido este tipo de formación.
Ayuda al desarrollo de las capacidades motrices
Numerosos estudios relacionan el estímulo musical con el desarrollo de las capacidades motrices de los más pequeños. De esta manera, potenciar los juegos que implican el uso de instrumentos de percusión ayuda al desarrollo de la lateralidad, la coordinación audio-manual y el sentido del ritmo y del orden en bebés.
Motiva la socialización
Tanto para niños como para adultos, el estudio musical potencia la asociación e identidad grupal mediante la interacción musical y personal. Los niños que estudian música se acostumbran a trabajar en equipo, por lo que tienen presente de manera cotidiana la participación comunitaria, ayudándoles a superar retos personales y laborales en el futuro. No es casualidad que nuestro lema sea “A arte de compartir”. 😉
Además, la musicalidad del niño se desarrolla aún desde antes del nacimiento, ya que la capacidad auditiva del feto empieza a darse a partir del quinto mes de gestación. La música ayuda, por lo tanto, a fortalecer la conexión emotiva y empática con los familiares más cercanos incluso antes del nacimiento. Curioso, ¿verdad?
Involucra mente, cuerpo y sentimientos
Desde la antigua Grecia, la música era considerada un aspecto necesario para la formación humana. Platón consideraba la música y las artes aspectos esenciales en su ideal de educación ciudadana, argumentando que la música era para el alma lo que la gimnasia es para el cuerpo.
Desde el punto de vista psicológico, la música involucra emociones, fomentando las conductas expresivas y la imaginación creativa. Estudiar música ayuda a encontrar esa vinculación entre las emociones y el arte, y es por ello que muchos de nuestros alumnos la utilizan como vehículo de auto-expresión mediante sus proyectos personales.
Potencia la motivación académica
La Universidad de Melbourne llevó a cabo una investigación reveladora que relaciona el estudio de la música con la motivación académica. En ella se concluye que los alumnos que tienen la música como actividad extraescolar se sienten más motivados a la hora de estudiar otras áreas de conocimiento, como la Historia o las Matemáticas. Eso ocurre porque dichos alumnos atribuyen más valor al aprendizaje.
Estos han sido sólo algunos beneficios que ejerce la educación musical en las personas. En Mayeusis sabemos que formamos parte del desarrollo humano a través de la enseñanza de la música y el baile, y por eso nuestra educación se basa en valores como la libertad, la verdad o la solidaridad.
¿Os ha gustado esta publicación? Dejadnos comentarios contando qué beneficios les atribuís vosotros al estudio de la música. ¡Os leemos! 🙂