La semana pasada celebramos el Día Internacional del Claqué y el del Lindy Hop, bailes que se originaron a principios del S. XIX y del S. XX respectivamente en Nueva York. Los máximos referentes de estas modalidades son Bill Robinson, Frankie Manning y Norma Miller; ya que sentaron las bases de lo que es el swing en la actualidad.
Tras pasar por altibajos a lo largo de la historia, en la actualidad gozan de muchos aficionados y han vuelto a estar de moda. ¿Cómo han logrado esto? Acompáñanos para descubrirlo.
El origen del claqué
Tras los estudios de distintos historiadores de la danza, se considera que el claqué nació a principios de 1800 en Estados Unidos, concretamente en Nueva York. Surge como una fusión entre los bailes llegados de Europa, como la danza irlandesa (elegante y de técnica impecable), y la danza de los esclavos africanos (con ritmo propio y diferente al europeo). Podemos decir que la inmigración hacia América del Norte contribuyó a la aparición del claqué, ya que estas personas se reunían para competir bailando y así socializar y divertirse.
El claqué se caracteriza por los movimientos de manos y brazos, pero sobre todo de pies. El “tap”, el zapateo, es lo que marca el ritmo en este baile y por ello también se le conoce con este nombre; la improvisación es una importante particularidad de este baile. También se conoce como jazz dance, ya que los aficionados bailaban fundamentalmente con esta música.
El claqué tuvo un gran auge entre 1930 y 1955 gracias a la popularidad de artistas como Fred Astaire y a que fue la danza principal de grandes espectáculos como el Vaudeville o películas tan conocidas como Cantando bajo la lluvia. Con el tiempo fue cayendo en el olvido, la música jazz dio paso a la popularidad del Rock’n’Roll y cambiaron las modas y los gustos musicales. Hasta que en los años 80 Broadway y Hollywood consiguieron volver a ponerlo de actualidad con espectáculos como Sophisticated Ladies o Black and Blue y películas como White Nights o The Cotton Club.
Además, el tap está en evolución constante ya que se basa en el ritmo, por lo que se puede bailar con cualquier tipo de música. Actualmente, en las escuelas de danza como MayeuSwing, se baila con música de bandas sonoras como la de Amélie, funky, ritmos suaves, o cualquier melodía que se os pueda ocurrir.
Bill Robinson: maestro del claqué
Bill “Bojangles” Robinson es considerado el padrino o el maestro del claqué. Comenzó a bailar a los cinco años frente al Ford Theater de Richmond, Virginia, a cambio de unas monedas. Es curioso que tras esto se convirtió en uno de los artistas afroamericanos mejor pagados de la primera mitad del S. XX.
En 1900 llega a Nueva York y desafía a la estrella de baile irlandesa-estadounidense Harry Swinton en un concurso de buck-and-wing; ganarle otorgó a Robinson la publicidad que necesitaba.
Con una imagen más cuidada, traje y sombrero, perfeccionó su famoso baile de las escaleras, su marca personal y participó en películas como The Littlest Rebel con la pequeña artista de moda, Shirley Temple.
Bill rompió grandes barreras raciales:
- Fue uno de los primeros artistas de Minstrel y vodevil en actuar sin usar el maquillaje “blackface”.
- También fue de los primeros afroamericanos en bailar claqué sin acompañante, únicamente él solo.
- Fue la estrella del primer show afroamericano de Broadway, Blackbirds of 1928.
Robinson introdujo el baile «de puntillas» en el claqué y gracias a su habilidad para ser ligero con sus pies y a la vez impecable en sus ritmos, en 1989 se estableció el cumpleaños de Robinson, el 25 de mayo, como el Día Internacional del Claqué.
El origen del Lindy Hop
A finales de los años 20 aparecía un nuevo estilo musical, el swing y con él nacía el baile en pareja llamado Lindy Hop. En la sala Savoy de Harlem, Nueva York, los mejores bailarines fueron dando forma a esta danza, evolución del Charleston, el Breakaway, el Big apple, etc.
El Lindy Hop se caracteriza por su postura horizontal preparada para los pasos con “kicks” o patadas, combinados con aéreos o figuras en las que la pareja se separa. Los bailarines siguen tanto el ritmo como la melodía, creando el fraseo propio del swing con sus “breaks”. Se trata de un diálogo creativo y variado entre la figura de Leader y Follower.
El auge del Lindy comienza a decaer con la fiebre del Rock and Roll y el Twist en los años 60, pero a partir de la década de los 80 empieza una corriente en EEUU y Europa de recuperación de los bailes de salón, incluido el Lindy Hop. Reaparecen grandes maestros de los inicios del swing para transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones y cada vez se abren más escuelas que imparten este tipo de bailes. Podemos decir que volvemos a vivir una época dorada para el Lindy Hop.
Frankie Manning: uno de los fundadores del Lindy Hop
Frankie Manning comenzó a bailar con nueve años, gracias a que su madre le pidió ayuda para decorar la sala Renaissance Ballroom; aunque ella misma le dijo «Frankie, nunca serás un bailarín, eres demasiado rígido». Ocho años después era coreógrafo y bailarín de los Whitey’s Lindy Hoppers que reunía a los mejores artistas del Lindy Hop del momento.
Manning era una persona muy creativa que introdujo los pasos acrobáticos en esta danza, inventó muchos movimientos y coreografías como el Big Apple. Fue de gira mundial con grandísimos músicos de jazz: Ella Fitzgerald, Duke Ellington, Billie Holiday, Count Basie… Participó en la película Hellzapoppin, junto con grandes lindy hoppers de la época como Norma Miller.
Con el decaimiento del Lindy Hop, comenzó a trabajar en el servicio postal, pero regresó en 1986 para enseñar a las nuevas generaciones el estilo original del swing; de esta manera, los nuevos bailarines pudieron practicar con uno de los hoppers originales.
En el Día Internacional del Lindy Hop se homenajea el nacimiento de Frankie Manning, el 26 de mayo de 1914.
Norma Miller: la reina del swing
Norma Miller tomó contacto con el swing gracias a la situación de los edificios donde se crió, primero podía escuchar a Duke Ellington y su banda en el Cotton Club y después desde su nueva casa disfrutaba de la música que salía del cercano salón de baile Savoy.
Con doce años se escapaba a bailar los domingos al Renaissance Ballroom, donde conoció a Frankie Manning. Tras ganar un concurso en el teatro Apollo, Herbert White la fichó como bailarina para su compañía Whitey’s Lindy Hoppers, donde reunía a los mejores bailarines de la época. Fue de gira por Europa con otros integrantes del grupo y actuó en Reino Unido, Suiza y Francia. Además de participar en la película Hellzapoppin, trabajó en A day at the Races (1937) de los Hermanos Marx, entre otros films.
Junto con Frankie Manning y otros bailarines participó en el resurgir del Lindy Hop en los años 80 y continuó trabajando como bailarina, coreógrafa, productora de espectáculos y humorista hasta su fallecimiento en 2019; un año antes publicaba su biografía La reina del swing: Las memorias de Norma Miller.
Esperamos que os haya gustado este pequeño repaso por los orígenes del Claqué, del Lindy Hop y de tres de sus figuras más importantes. ¿Qué os parece que estos bailes vuelvan a estar de actualidad?, ¿practicáis alguno de ellos? Estaremos atentos a vuestros comentarios.